De mis viajes en ascensor:Pepe y Tomás

En mi viaje de hoy a la ofi he cogido el ascensor. El ascensor de mi edificio de oficinas siempre logra desconcertarme ( de hecho la mayoria de mis compañeras optan por las escaleras). Aparece inesperadamente en la planta baja sin que lo llames.......el primer día piensas que alguien lo ha llamado y se ha ido. El segundo que tiene un detector de movimiento en planta....el tercero bautizas al ascensorista fantasma como Pepe y le saludas.
Pepe y yo ya somos intimos a estas alturas de la peli. Bueno, es que yo para las relaciones interpersonales enseguida me lanzo al mundo del cariño porque Pepe ni se ha manifestado corpóreamente ni en modo gaseoso. Pero , oye, él sigue recogiéndome puntualmente a mi llegada mientras el resto huyen despavoridas. Hombre, tiene sus momentos, como cuando entras en el ascensor y está tan abajo que poco más y dejas los dientes en el espejo pero chico es que su tarea es muy ingrata.
Hoy Pepe tenía un buen día, ni un escalón al entrar así que me he dedicado a observar la decoración, o sea, la pegatina de la revisión firmada por un tal Tomás y que me asegura que no me precipataré al vacío hasta febrero 2013.....estamos en abril....igual esto no caduca como los yogures.....
Tomás lleva un mono gris y rojo y un casco (igual sí que se precipita al vacío y/o existe riesgo de ello) y un entrecejo que ni el yeti en sus tiempos mozos. Momento reflexión.........se supone que el grado de eficiencia del empleo se mide por el vello entrecejil? es más eficiente el que más huye de la pinza de depilar?
Ni idea pero me han entrado unas ganas de depilarle que pa qué

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